Aun recuerdo como si fuese ayer cuando mi Padre, me hizo el regalo para mi cumpleaños numero dieciocho. Era un caja, cuidadosamente envuelta y con un gran moño amarillo, lo mire sorprendido, por que no era habitual que el se esmere tanto para hacer un presente, pero como era mi cumpleaños supuse que sería normal, abrilo me dijo y se quedo mirándome fijamente a los ojos.
Lentamente lo abrí, y en su interior encontré un libro sin titulo, sin editorial, con tapa de cuero. Lo volví a mirar, me devolvió la mirada, pero no me dijo nada. Comencé a hojear el libro y me sorprendí al ver que no había nada escrito, ni una sola palabra, ni una sola letra, solo una gran sucesión de paginas en blanco.
Hijo -me dijo- como veras el libro esta en blanco, ni una sola letra esta escrito en él. Este es mi regalo, un regalo que nos venimos entregando de generación en generación.
Pero –le dije- esta en blanco, ¿que tengo que hacer? No soy escritor, no se buscar historias, ni redactar cuentos.
No, no, nada de eso y en realidad bastante de ello. Es un libro en blanco, que simboliza un recién nacido, como todos cuando nacemos, no hay nada escrito en nosotros, vamos imprimiendo porco a poco en nuestras paginas nuestra historia, nuestra propia, única e irrepetible historia. El libro en blanco sos vos, querido hijo, es tarea tuya completarlo, ir escribiendo los capítulos de tu vida. Puedes utilizar todos los géneros que quieras, yo personalmente te aconsejo la pesia. Pero padre – le dije interrumpiéndolo, un poco exaltado- no creo tener la pericia para completarlo. Bueno –continua mi padre-, si quieres que tu libro, sea un libro sabio deberás esmerarte en mejorar la caligrafía y luego en mejorar y enriquecer tu prosa, no caigas por favor, en copiar la prosa de otros, desde luego mientras aprendas no te va a quedar mas remedio que ir copiando la prosa de otros, pero en algún momento tendrás que tomar vuelo propio y surcar los cielos con tu literatura. Es que, al fin y al cabo, es lo único que te llevaras de este mundo, no un escrito es estas pagina físicas, sino lo que escribas en las hojas te tu alma. Ese será tu gran y preciado tesoro, un tesoro que nadie te podrá quitar, un tesoro que será tuyo para siempre. Es tu deber que nuestras generaciones siguientes reciban este regalo, que en realidad lo recibimos todos pero que no es fácil tomar conciencia de ello.Seguidamente nos abrasamos, lloramos, sentí haber recibido un gran presente, él sintió que me entrego algo maravilloso. Un presente del que no somos dueños, un presente que debemos hacer fluir por entre las generaciones y las infinitas gentes. Un presente de amor, de generosidad y de esperanzas.
lunes, 5 de octubre de 2009
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