Hufff… una mañana más en este encierro, pensé mientras gire mi cabeza para mirar la pequeña porción el mundo exterior que se podía apreciar a trabes de la ventana de la oficina, que estaba ubicada en una pared que daba a la calle. Luego observe tristemente el teclado, como de costumbre, y fue en ese instante que sentí cono una revolución se gestaba en mis entrañas. Automáticamente salí corriendo hacia el baño de hombres. Casi con el mismo alivio que se siente cuando uno se quita una espina que lo tortura, me había quedado sentado un rato en el inodoro.
Entonces escucho que entran dos personas y una le dice el otro.
-Viste que a Gutiérrez lo anda buscando la policía, por que parece que la secretaria del director lo denuncio por acoso sexual.
-No me digas, le respondió el otro, te confieso que le veía cara de lujurioso al atorrante.
Al oír eso me incorpore abruptamente sobre el asiento de porcelana.
Pero Gutiérrez soy yo, no hay otro en la empresa que se llame de esa manera, pero ¿me acusan de acoso?. Ya se que esta buena la mina, de eso no hay dudas, pero para acosarla no da la cosa. Mientras yo pensaba esto sentía como las gotas de transpiración surcaban todo mi cuerpo.
Seguí pensando, o acaso será por esa vez que le estaba mirando el culo en el ascensor y justo se dio vuelta y me pesco justito. Y… sumándole la vez que me descubrió mirándole los senos por el escote, cuando ella estaba sentada en el escritorio y yo fui a entregarle un carpeta. En esos momentos sentí como lo pequeño del baño se hacia aun más diminuto, el oxigeno había desaparecido.
No… pensé al fin, ya se, ya lo entiendo todo, fue por lo de la semana pasada que la apoye sin querer en la fotocopiadora, pero no tuve la culpa el espacio es tan reducido que es imposible tener contacto con el cuerpo de aquel que esta sacando fotocopias delante nuestro, y aparte con el lomo que tiene ese minon como para no tirársele arriba, cosa que no hice como un infeliz trate de de no tocarla para nada y fue ella la que me apoyo, a mi, en realidad.
No, ya se lo que pasa, se fue de mambo con el Shopin y quiere rescatar guita con algún gil, por que sino el marido la estrangula.
Cuando estaba a punto de desmayarme, sentí que alguien e golpeó la puerta del baña y me dijo “Che Gutiérrez dale loco apurate que no aguanto más”. ¿Qué? ¿Qué? ¿Cómo? huy me quede dormido, salí del pequeño cuarto con el mayor disimulo. Y si, no lo podía decir que me había quedado dormido ni mucho menos lo que me había soñado.
lunes, 5 de octubre de 2009
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